Con hambre no hay cuarentena
En la tarde de este jueves 2 de abril la policía de Santiago del Estero detuvo a dos integrantes del FOL que se trasladaban a buscar alimentos: Axel Aguilera y Rubén Pavón. Por el hacinamiento en las comisarias, el gobierno de Santiago ha habilitado clubes barriales como centros de detención. En este momento, ese es el uso que se le está dando al Club Tiro Federal de La Banda.
“Los y las trabajadoras precarizadas de la Economía popular, que viven de changas, del trabajo conseguido día a día, tienen mayores dificultades para poder mantenerse en sus casas mientras el pan de cada día falta en la mesa familiar. Es urgente que el gobierno garantice el alimento a las miles de familias santiagueñas que no pueden hacer cuarentena con hambre. Por otro lado, llamamos a la población a denunciar los abusos y detenciones arbitrarias como estas, que son expresión de un total abuso de poder por parte de la fuerza policial, que detiene a quien va a buscar alimentos para su hogar. Exigimos respuestas de las autoridades policiales y la INMEDIATA LIBERACIÓN DE NUESTROS COMPAÑEROS AXEL Y RUBEN”, afirmaron desde el FOL a través de un comunicado.
Jornada de ollas populares en más de 50 barrios tucumanos
Fue este 14 de abril ante el hambre y la crisis sanitaria en Tucumán. Las organizaciones populares están en situación de alerta y exigen al gobierno provincial la convocatoria a un Comité de Emergencia.
“Todas nuestras organizaciones, de forma conjunta, a través de sus merenderos y comedores dan más de 50.000 raciones diarias de comida, y la demanda crece día a día, así como de nuestra parte la insuficiencia de sostener la necesidad de alimentos a las miles de familias que lo demandan”, señalan en un comunicado.
Lo firman: Frente de Organizaciones en Lucha -Frente Popular Darío Santillán-Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional – CCC – SOMOS Barrios de pie- Movimiento Evita – Corriente Nacional Martín Fierro – Frente Barrial 19 de diciembre – Frente Social La Nueva Independencia- Organización 22 de agosto – Octubres – Seamos Libres- Corriente Pueblo Unido Organizaciones sociales denuncian que la pandemia agrava la pobreza y la desigualdad social
En un comunicado, emitido el 29 de marzo, las organizaciones integrantes del Frente de Lucha Piquetero denuncian que los anuncios del Gobierno Nacional de ayuda excepcionales son menos que un vaso de agua en el desierto en medio de la crisis sin precedente”, remarcan y agregan: “para los desocupados/as con algún plan social de $ 8.500 se paga un bono de $ 3.000 por única vez, cuando el ingreso de los planes ha disminuido sólo el año pasado un 20% y en lo que va de este han perdido su poder adquisitivo en un 10% más, lo que se ha agravado por los aumentos criminales de los alimentos y artículos de higiene y limpieza de los últimos días”.
Como contraparte, destacan que “en lo que sí ha sido rápido el gobierno fue para desplegar un enorme operativo represivo conjunto en los barrios no precisamente para cuidar la cuarentena”. En ese sentido, denuncian que “las fuerzas represivas están siguiendo precisas instrucciones gubernamentales para amedrentar, humillar, torturar, balear y reprimir a los/as trabajadores/as que viven en los barrios más pobres, para evitar que vecinos/as se organicen y reclamen la ayuda imprescindible que no llega”. Estos hechos, consideran, “no se trata de exceso o de algún milico desbocado, es un plan para evitar que la bronca popular tome forma de protesta y de rebelión ante el abandono del Estado”.
En este contexto, las organizaciones reclaman: provisión de agua potable en asentamientos y villas de emergencia; fumigación y descacharramiento de basurales y descampados; provisión de elementos de higiene para los comedores populares; barbijos, guantes, cofias, batas descartables, alcohol en gel, lavandina, desinfectante en aerosol y repelente; provisión de kit de higiene a la población vulnerable en los barrios más pobres; aumento de las partidarias alimentarias para los comedores populares, “para hacer frente al aumento de la demanda ante la desocupación y la caída de la actividad económica”; extensión de la tarjeta alimentaria a todos/as los /as desocupados/as con hijos de hasta 18 años de edad; la prohibición de despidos y suspensiones; la apertura de programas sociales para desocupados/as; la duplicación de los montos de los programas; la creación de un seguro para los desocupados/as de $ 30.000 indexado por costo de vida; el control obrero-vecinal de la ayuda social y la distribución de los recursos; y reclaman por el “no al pago de la deuda externa y que los recursos se utilicen para atender la emergencia”.
El Frente de Lucha Piquetero está integrado por el Polo Obrero, el MTR Histórico, el MTR Votamos Luchas, CUba MTR, M.I.DO., MAR, el Movimiento 29 de Mayo, el Bloque Piquetero Nacional (T.Or.Re.), Agrupación Armando Conciencia, RUP y O.T.L., el MTR 12 de Abril, FDU, BUEL, A Trabajar, la Agrupación 17 de Noviembre y M.V. y J.S.
Emergencia de los más humildes en CABA
Decenas de organizaciones sociales de la zona sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires señalan en un comunicado: “El gobierno de Horacio Larreta viene impulsando una serie de medidas que resultan insuficientes para atender las demandas y garantizar el acceso a la salud de los sectores populares en esta situación sumamente crítica, particularmente de las villas de emergencia y barrios populares de la Ciudad […] En concreto se están llevando adelante una serie de estrategias sanitarias y sociales desde el Gobierno que parecen estar más pensadas para la atención de los sectores sociales con mayores recursos que para aquellos que estamos en las villas. Los centros de salud -CeSACs- no cuentan con personal y recursos suficientes para afrontar dichas problemáticas de salud.
La Campaña de Vacunación impulsada por el Ministerio de Salud implica en concreto la instalación de centros de vacunación en escuelas, la mayoría muy alejadas de las barriadas populares, villas y asentamientos. No hay ni una de estas postas para vacunación en las villas de la Ciudad. Hoy las y los vecinos tenemos que jugar a la búsqueda del tesoro por los pasillos, a ver si logramos dar con las vacunas.
[…] Para poder llevar adelante estas estrategias de manera más integral y que partan de la realidad concreta de cada territorio es imprescindible que quienes construimos en los barrios cotidianamente seamos protagonistas de las propuestas y del desarrollo de las mismas; los movimientos sociales, lxs trabajadorxs de las salitas de salud y hospitales y el conjunto de organizaciones populares somos quienes conocemos nuestros barrios y quienes tenemos la capacidad de llegar a cada unx de nuestrxs vecinxs.
[…] Somos quienes hoy vamos puerta por puerta a realizar el relevamiento, quienes previo a la pandemia pateamos el barrio para prevenir el dengue que hoy también golpea en nuestros barrios -llevamos más de 3.000 casos en el año, concentrados en Flores, Villa Soldati, Villa Riachuelo, Lugano, La Boca, Parque Patricios, Barracas y Nueva Pompeya-, quienes nos acercamos a cada casa con un plato de comida, quienes laburamos la prevención, el cuidado e higiene en los comedores donde preparamos la olla para que las familias puedan comer todos los días y quienes junto a nuestro pueblo peleamos por el derechos de todxs a acceder a la salud digna”.
Y reclaman: “Por eso exigimos a Larreta y al Ministerio de Salud: -Vacunas para todxs. Somos parte de la ciudad. Vacunación domiciliaria para adultos mayores y población de riesgo. -Reconocimiento de la epidemia del dengue, fumigación y descacharreo en todos los barrios y villas. -Reconocimiento del trabajo de lxs promotorxs de salud – Condiciones y recursos de trabajo para lxs trabajadores de la salud comunitarios y del sistema público estatal. Equipos de protección acorde a las normativas vigentes -Nombramiento efectivo de lxs trabajadores de la salud. – Reconocimiento de lxs trabajadorxs de comedores y merenderos que realizan tareas de asistencia y entregas puerta a puerta ante la emergencia – Equipamiento e insumos de bioseguridad e higiene para comedores y merenderos fuera de los programas del gobierno de la Ciudad. – Conformación de mesas de articulación territorial entre el GCABA y las organizaciones para elaborar un plan de acción que permita prevenir o reducir la circulación comunitaria del virus en las villas – Garantizar las condiciones de aislamiento en los hogares a pacientes leves y además la sustentabilidad de las familias que se quedan sin sus cuidadoras o cuidadores principales porque requirieron aislamiento institucional”.
Suscriben en comunicado, entre otros, trabajadores y trabajadoras de Centros de Salud y Acción Comunitaria CeSAC, de Centros de Especialidades Médicas Ambulatorias de Referencia CeMAR y de Hospitales Públicos de la Ciudad; APPS Asociación de Profesionales de Servicio Social del GCBA, Trabajadorxs de la Salud de los Centros de Salud de Barracas, Corriente Clasista y Combativa, FeNaT CTA Capital, Barrios de Pie, Unión de Trabajadores de la Economía Popular UTEP CABA, Frente de Organizaciones en Lucha FOL, CTD Aníbal Verón, Movimiento Resistencia Popular…
El gobierno porteño no les brinda elementos de trabajo a recolectores de basura
En Ciudad de Buenos Aires, las cuadrillas de recolección de basura de la cooperativa del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) sostienen su trabajo en las villas 1-11-14 y 31, garantizando condiciones de higiene y limpieza a la comunidad, además de mantener abiertos los comedores comunitarios tal como lo estipula el protocolo de la cuarentena. El gobierno porteño no les ha dado los suficientes elementos de trabajo, como guantes o alcohol en gel para su protección.
Delia, trabajadora integrante del FOL, relata “nosotras, las integrantes de la cooperativa, estamos trabajando en la cuadrilla desde la manzana 1 a la manzana 9, pasando por el frente de la cancha de San Lorenzo. Trabajamos con guantes, con barbijos que nosotras mismas los hemos costurado, porque el gobierno no nos ha dado nada.”
Mientras, en otro lado de la Ciudad, en la Villa 31, barrio Padre Mugica, otra cuadrilla del FOL sigue su trabajo de limpiar las calles y recolectar la basura. En esa cuadrilla, Irma, otra trabajadora del FOL, comenta cómo mantienen su trabajo en esta época de pandemia.
“Si bien pedimos todo los elementos para nosotras poder cuidarnos y para poder trabajar tranquila, estamos consiguiendo los materiales con el propio FOL, al comprar los guantes y hacer los barbijos”, comenta Irma.
Para más información de los comedores y merenderos visitar la página de Facebook FOL Capital Las estrategias para que no avance el Coronavirus en los barrios populares
Las consecuencias de la cuarentena obligatoria ya se empiezan a sentir en los barrios: mientras que hace una semana alcanzaba con un par de ollas, ahora se necesitan dos. Y es que frente a la caída de las changas como producto del aislamiento obligatorio, así como a las condiciones instaladas por una pobreza estructural,las organizaciones sociales han tenido que reforzar la asistencia alimentaria en los barrios. Además, como producto de la crisis social que la pandemia ha generado en los barrios populares, las organizaciones y movimientos territoriales han comenzado a diseñar diferentes estrategias para dar respuesta a las crecientes necesidades de los vecinos.
«El coronavirus llegó a la villa para fumarse a todas esas pandemias que ya la venían azotando hace tiempo: la precariedad habitacional, el riesgo eléctrico, el déficit de talla de los chicos por la mala nutrición, el bajísimo promedio de vida, el hostigamiento policial, la desocupación, el dengue, la estigmatización, la falta de empatía que provoca la televisión. A la villa le falta mucho hace un tiempo, sí. Pero la villa tiene también muchas fortalezas para aportar en esta crisis. Tiene una historia que todavía recuerda la manera en la que sobrevivimos todas las pandemias que precedieron a esta», afirma Ignacio «Nacho» Levy, referente de La Poderosa y vecino del barrio Zavaleta en la Villa 21-24.
Cooperativas textiles que fabrican barbijos para los habitantes de la zona, guardias telefónicas para acompañar a las mujeres que sufren violencia de género, servicios de entrega de viandas puerta a puerta a los adultos mayores, comisiones que se encargan de hacer un seguimiento de los crecientes casos de violencia institucional:frente a la crisis sanitaria y económica, la organización contiene la situación.
El coronavirus distingue clases sociales, eso es algo en lo que coinciden los y las militantes territoriales. «Acá el ‘Quedate en tu casa’ no podemos cumplirlo. No porque no queramos, sino porque vivimos unos encima de los otros, hacinados, sin servicios básicos, como luz, agua potable, cloaca, veredas. Vivimos cuarentenas diferentes a la de la clase media, y por eso nos armamos de estrategias. Estrategias que, como siempre hemos hecho en los movimientos sociales, se arman principalmente alrededor de los comedores comunitarios», indica Norma Morales, militante de Barrios de Piey coordinadora de uno de los comedores que la organización tiene en los barrios de Dock Sud, en Avellaneda. «Hace una semana hacíamos cien porciones, hoy se cocinan trescientas porquele estamos dando vianda a todo el barrio. Y nos quedamos cortos porque todos los días hay familias que se quedan sin comer.No nos alcanza, en nuestro barrio las heladeras ya están vacías», advierte.
El parate en la economía como consecuencia de la cuarentena obligatoria afectó principalmente a ese 40 % de trabajadores informales que, en muchos casos, dependen del trabajo del día a día para sobrevivir. Feriantes, albañiles, cartoneros, personal de limpieza, remiseros, todos y todas aquellas que trabajan en negro y que quedaron sin su principal vía de ingresos, engrosan las colas de los comedores y merenderos que se sostienen gracias el aporte de las organizaciones, los municipios y los mismos vecinos y vecinas. Pero no alcanza.
«Hay una necesidad muy grande. El comedero es un punto estratégico en el barrio, pero desde que empezó todo esto del coronavirus empezó a venir mucha más gente, vecinos y vecinas que nunca antes habían venido, de otros barrios incluso. Antes venían 100 personas a comer por día, ahora vienen más de 200», indica Gabriel Aranda, militante de la Corriente Clasista y Combativa en La Matanza y coordinador del Club Estrella Roja.
«Los vecinos están haciendo un esfuerzo enorme para quedarse en sus casas y sostener todas las indicaciones que envía el Ministerio de Salud para garantizar la higiene, pero a veces es directamente imposible. Faltan guantes, barbijos y alcohol en gel. Hace tres días que no se recoge la basura porque las cooperativas no tienen los elementos esenciales para salir a trabajar y limpiar las calles», cuenta Walter Giracoy, Consejero de la villa 31. A la falta de acceso de agua potable, se le suma la escasez de insumos básicos de higiene. Ya sea por el desabastecimiento, el aumento abusivo de precios o la falta de respuesta de los gobiernos locales, en los barrios es muy difícil acceder a kits básicos de limpieza para enfrentar la pandemia.
Sin embargo, frente a la dificultad generada por la precariedad estructural de los barrios y la escasez de insumos de higiene, las organizaciones sociales y territoriales se abocaron a crear «comités de crisis» y «áreas de salud» dedicadas a hacer campañas de concientización, postas de información, seguimiento de personas de riesgo y reparto de insumos de prevención. La Poderosa, una organización villera que tiene representación en todo el país y diferentes puntos de Latinoamérica, cuenta, por ejemplo, con una serie de dispositivos entre los que se encuentra un área Emergencia Sanitaria. A través de esta, la organización se encarga de garantizar una comunicación diaria con los ancianos y ancianas del barrio, de que les llegue una vianda de comida a sus casas y de que puedan acceder a los medicamentos que necesitan. Tienen, a su vez, postas de salud que se dedican a impartir información sobre cómo cuidarse y prevenir el contagio.
Además, frente a la escasez de barbijos -fundamentales tanto para las cocineras y militantes que se encargan de repartir las viandas como para el personal de salud de los barrios-, muchas de las organizaciones pusieron a sus cooperativas textiles a fabricarlos.
El Decreto de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio intensificó algunas de las violencias que genera la desigualdad. Promulgado para evitar la propagación del coronavirus en la sociedad, no pudo evitar provocar una mayor situación de vulnerabilidad para las mujeres que sufren violencia de género -en muchos casos encerradas con sus abusadores-, así como una mayor vía libre para casos deviolencia institucional.
Frente a ese escenario, los movimientos sociales también debieron organizarse y diseñar estrategias para mitigarlos. Para los casos de violencia de género, La Poderosa, por ejemplo, cuenta con un área de Género que actualmente está acompañando 327 casos de violencia de género a nivel nacional. Esta misma área, a su vez, organiza guardias telefónicas para casos de urgenciay, en algunos casos, evalúa la intervención.
Por otro lado, en los últimos días se observaron varios casos de abusos policiales en los barrios populares, como el caso del video que se viralizó en el que unos gendarmes hacen «bailar» en cuclillas a unos chicos de la Villa 1-11-14 por haber violado la cuarentena (luego se supo que iban a llevarle comida a una persona discapacitada).
La organización La Poderosa denuncia casos similares, frente a los cuales también decidió organizar un área de Violencia Institucional que funciona en base a un mapa de seguimiento barrial. En este mapeo se procede a identificar los puestos de seguridad de las fuerzas y las zonas en donde ocurren la mayor cantidad de apremios, y se comparte una lista de instituciones «de apoyo» que permanecen abiertas, así como una lista de vecinos y vecinas voluntarias de cada barrio que centralizan el monitoreo diario de los agentes en el territorio. «Necesitamos más que nunca la empatía de todos los sectores de la sociedad. Nadie niega la necesidad de que el Estado implemente todos los recursos a disposición para garantizar la mayor eficiencia de la cuarentena, pero justificar los abusos y el accionar cruel de las fuerzas públicas en nombre de tu propia salud y la de tu propia familia es otra forma de decir ‘sálvese quien pueda’, finaliza Levy.
Creativa convocatoria de Barrios de Pie
En tiempos de pandemia, el problema en cualquier Conurbano sigue siendo económico. La gran mayoría vive de changas, al día. La parálisis en la producción empujó a más de 10 millones de personas a solicitar los $ 10.000 de emergencia que ofreció el Gobierno. Ningún beneficiario puede ser asalariado formal o receptor de un salario social complementario.
Lucía Bianchi, coordinadora de Capacitación e Investigación de Barrios de Pie, organización social que integra la UTEP, afirma: “El coronavirus profundiza la pobreza estructural en los barrios”. Y eso que todavía no llegó con el espiral contagioso que podría hacer detonar una crisis sanitaria.
“Todos los esfuerzos de las organizaciones sociales están puestos en asegurar la alimentación”, dice Bianchi, “y en ganar tiempo para que la pandemia no se desborde”.
Según la UTEP, durante la última quincena la visita a comedores creció entre un 30 y 40 % a lo largo de los 3.000 barrios populares del AMBA, muchos sin agua potable, y donde el dengue azota con temperaturas altas y obliga a las organizaciones a relevar manzanas para su desinfección.
Aquí, las cuarentenas potencian otros emergentes: la violencia hacia las mujeres, los consumos problemáticos, la violencia represiva de las fuerzas de seguridad, los problemas de salud mental.
El aislamiento se vive de otra manera a cómo se preservan los sectores medios. El hacinamiento hace del pasillo, la vereda y la calle, la casa. Pero se respeta: hay menos circulación que antes. “Quedate en tu barrio”, el eslogan de la UTEP, resulta efectivo.
“La pregunta que nos hicimos fue: ¿cómo podemos ayudar los sectores medios, académicos, profesionales ante esta coyuntura?Antes podíamos dar una mano en el barrio, ahora no”, explica Bianchi.
La respuesta fue convocar a periodistas, realizadores audiovisuales, diseñadores, abogados, docentes, trabajadores de la salud o cualquier persona que pueda dar una mano de manera virtual, para fortalecer la comunicación interna en los barrios.
Hace falta diseñar recurseros, redactar protocolos o grabar audios didácticos para niños. Es necesaria la imaginación para sortear la mala conectividad, las pocas computadoras y el puñado de impresoras.
También hace falta apuntalar una campaña más extensiva: la de donación de alcohol en gel, lavandina y alimentos no perecederos. Se necesitan personas que puedan recolectarlos y esperar a que un agente sanitario los recojapara trasladarlos a los centros comunitarios.
Cualquier interesado puede ofrecerse escribiendo a [email protected]
Fuentes: Resumen Latinoamericano, Anred, Página12, indymedia.argentina, Prensa FOL.
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