Tradicionalmente, “o te gusta Star Wars, o te gusta Star Trek”, y reconozco que siempre me gustó mas la primera franquicia. Star Trek me parecía una serie extremadamente larga y confusa frente a las 3 películas de George Lucas, y lo que había visto en su época eran unos cuantos capítulos de “La nueva generación”, la primera película de la serie original (que es para que te pillen confesado) y posteriormente esa extraña primera entrega del reboot de Abrams, que ya llegaremos a eso.
Sin embargo hace unos años una amiga me convenció de darle una nueva oportunidad y viendo las 3 temporadas de la serie original (1966-1969), y he de decir que me sorprendió muy gratamente. Es evidentemente que los años le pesan, pero tiene algo que la hace única.
Lo mas destacable de esta franquicia es que presenta un futuro optimista. Seamos sinceros, ¿en cuántas hemos visto eso? Lo normal en la ciencia ficción es encontrarnos con que los humanos nos hemos frito por calentamiento global, deshecho por lluvia ácida, hemos agotado los recursos del planeta, casi nos hemos extinguido por matarnos entre nosotros (o hubo una invasión de máquinas, apocalipsis zombi, el virus-T o alguna otra lindura que se nos fue de las manos), o quizás llegó alguna raza superior que nos dió le dió la del pulpo a nuestra primitiva civilización… Pues no, en Star Trek hemos dejado atrás finalmente las guerras y perjuicios, para tener igualdad racial, cultural o de género, lo que ha permitido que al salir al espacio se considere a al humanidad una de las culturas mas avanzadas.
Los tripulantes de la Enterprise no son soldados, sino exploradores, que siempre intentan encontrar una solución pacífica, porque hablando se entiende la gente. Si aparece una entidad que amenaza con volar un planeta porque no logra puede mantener un diálogo con las extintas ballenas, pues se busca una ballena por donde haga falta y tan amigos (seamos sinceros: en cualquier otra franquicia se habría volado de un cañonazo a esa entidad y santas pascuas, pero no, esto es Star Trek). Eso sí, que nadie nos quite las épicas habilidades de combate del Capitán Kirk, que se adelantó a su época y nos regaló la primera pelea a cámara lenta de forma no intencionada.
Todo esto junto a las diversas extrañas razas, incluída la de ese alienígena con un extraño parecido a cierta alcaldesa de Cádiz (contra la cual Kirk emplea su famoso movimiento de “el muro de la destrucción”, ¡y para mi mayor alegría hasta salen los dos mamotretos del 2012 en un capítulo! ¡Verdaderamente esta gente venía del futuro!), son lo que le ha dado su propia identidad. Los pintorescos personajes a bordo de la nave, como el doctor McCoy quejándose todo el día, el friki del Señor Spock con su ajedrez 3D, su capacidad de acabar con sus enemigos a pellizcos y su arpa vulcaniana, famoso instrumento con el que acompañaba los simpáticos números musicales de la Teniente Uhura. No olvidemos al simpático Sulu con sus plantas y sus películas de espadachines, Scotty correteando en falda escocesa por los motores de la nave y, ante todo, esa gran cantidad de extras que morían tontamente simplemente porque iban vestidos de rojo, y que se ganaron un lugar en mi corazoncito. Tampoco hay que olvidar a los elementos de efectos especiales de televisión de la época: los momentazos de los fondos pintados, el cartón, el hombre de la máquina de hidrógeno (que lo da todo en la temporada 2), el hombre de la lente de ojo de pez (que lo da todo en la temporada 3), o a ese aterrador gato. Será bastante antigua, pero definitivamente esta serie tiene su alma con sus disquisiones morales y su crítica (es la ventaja de tener alienígenas en la tripulación: como son distintos a nosotros tienen excusa para rajar de lo que quieran).
Tristemente Abrams pareció olvidarse de eso cuando la convirtió en un pseudo Star Wars. Hay que felicitarlo, porque este señor ha conseguid reconciliar a Waries y Trekkies viejunos tras tantos años de enemistad, al haberlos mosqueado a ambos con sus reboots. ¡Cuando algo funciona, no lo cambies! Simplemente disfruta de las cosas que lo hacen único.
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